FOTO: Pueblo Cauca Viejo
Cauca Viejo es más que una urbanización vacacional muy especial, no se trata en absoluto de un pueblo natural si denominamos a esos como fundaciones tradicionales en el sentido de que se funda con el tiempo y el envejecimiento, por esta consideración casi poética, se juzga erróneamente el carácter urbano de estas urbanizaciones de nueva planta se las desatiende por muchas razones desde el punto de vista de los estudios urbanos, que atañen tanto a la Antropología como a la Arquitectura, pues estas dos dimensiones del conocimiento humano permiten cuando trabajan unidas en asocio con otras disciplinas, ver una dimensión sin igual del espacio y su relación con lo social, relación que ya ha sido anotada en publicaciones como Carne y Piedra, el cuerpo y la ciudad en la civilización Occidental de Richard Sennett
Este blog presenta a Cauca Viejo en forma muy especial ya que en este entorno se tuvo la oportunidad única de reconocer la experiencia de vida que se origina desde que se comienza a habitar más sólidamente la escenografía urbana. La mayoría de los pensamientos que presentamos en este escrito corresponden a una monografía de carrera en Antropología de la universidad de Antioquia, en la cual se presentó un video y un parqués como productos que permiten la creación de cartografías sociales en torno al tema del espacio habitado.
FOTO: Pueblo Cauca Viejo
Sucede que en un terreno casi despoblado en el Cañón del río Cauca se inserta un biotopo humano que desde el principio ha generado cambios en el entorno físico y social. Porque ha atraído al sector de la construcción, del turismo, de la ganadería, además de personas y familias que se benefician económicamente con esta idea urbanizadora, a pesar de la transformación del paisaje que se deriva de la actuación humana en entornos antes deshabitados como es el caso de las ciudades nuevas las cuales corresponden los casos de estudio predilectos de nuestro blog.
Además en su propuesta urbanística y arquitectónica Pueblo Cauca Viejo se inspira directamente en la tradición formal del suroeste de Antioquia, la cual a su vez pertenece a la larga cadena de procesos fundadores que trajo consigo la expansión europea a través de la historia. Por otra parte, si bien esta urbanización no es comparable con ciudades como Abuja en Nigeria o Putrajaya en Malasia, lo es con el castro romano, una célula de colonización del turismo y del suelo urbanizado, y en todo sentido una nueva tención socio espacial para este entrono del cañón del rio Cauca.
Pueblo Cauca Viejo ha sido reprochado en muchos sectores por el uso de arquitecturas del pasado, con lo cual se niega el postulado moderno sin embargo es la expresión de una sobre modernidad que se niega a ser moldeada por la técnica maquínica y busca retomar valores estéticos de un pasado que se considera socialmente como mejor que los tiempos que se presentan.
Es imposible negar que con esta célula urbanística se generó un fenómeno de interés para los estudios de antropología y urbanismo que busquen analizar fenómenos de lo social en el espacio como lo es la contundente transformación del Suroeste de Antioquia como polo para proyectos de desarrollo inmobiliario con todos los factores positivos y negativos que esto implica para la sostenibilidad.
DIBUJO: Mauricio Uribe
Una estrategia para aproximarse a dicho entorno ha sido la creación de una cartografía social en la que se retoman los lugares y cualidades de lo cotidiano sobrepuestos en un juego de parqués. Esta herramienta lúdica se constituye en un ejercicio de reconocimiento de las diversas acciones de las personas que interactúan allí, y por tanto de los espacios que los contienen y que dan pie a una descripción que va desde lo particular, deviniendo cada uno en icono dentro del juego de parqués para llegar a la complejidad de la unidad.
En Pueblo Cauca Viejo las formas de comportamiento social son actuales o contemporáneas, pero en cierto modo se retoma la tradición territorial de Antioquia. Estas manifestaciones del que hacer se reproducen constantemente en lo habitual, en las labores diarias y en las rutinas de los propietarios, empleados y turistas, quienes individual o colectivamente, en sus casas o en lo público dan tiempo y lugar a las acciones que conforman el microcosmos particular de la vida las cuales abren paso a un morar.
Como lugar físico se ha intentado planificar el entorno reproduciendo el urbanismo y la arquitectura propias de los pueblos del Suroeste Antioqueño, enmarcadas temporalmente entre 1880 - 1930, en parte como voluntad activa de los planificadores y en parte como propuesta de mercantilización del paisaje y de la tradición para la explotación turística y como un ejercicio de especulación del suelo urbanizado, dando como resultado un asentamiento humano complejo que a su vez se relaciona con otros de la región.[1]
La casa nueva de Pueblo Cauca Viejo, afuera y adentro a pesar del tiempo, se esfuerza tenazmente en reproducir la casa pueblerina del pasado, la que se nos revela atrapada en las fotografías, en los iconos, en los libros que recopilan las imágenes de tiempos pasados, quiere por tanto recrear los lugares en su dialéctica y fracasa, porque el momento contemporáneo experimenta sucesos novedosos antes inimaginables. (…) la casa es vieja. Parece que la casa vive más atrás en los siglos lejanos (…) tenían precisamente esa antigüedad del drama de los cataclismos que pueden anunciar el fin del mundo[2].
1. TEORIZANDO PUEBLO CAUCA VIEJO.
Para desarrollar la presente investigación fue preciso realizar una búsqueda en campo desde la etnografía participante, enfoque útil para conocer los relatos de los habitantes, ya que son ellos quienes definen las características del entorno. Este informe busca aproximarse a las prácticas encontradas en campo, luego de diez (10) años de fundación de Pueblo Cauca Viejo; con la información de campo fue posible describir su comportamiento actual y estudiar los fenómenos que lo caracterizan, marcando así un punto de referencia para futuros estudios que hagan evaluación y seguimiento al proceso social y cultural que allí se desencadena.
Como se ha dicho, la sustancia fundamental de este estudio se plasma en la construcción de un mapa mental o de una geografía social y semiótica[3], la cual al presentar los espacios, permite ver en el análisis, la problemática única de Pueblo Cauca Viejo, dado que en la elaboración misma han participado personas de la comunidad, recorriendo y reconociendo los lugares, los nodos y los hitos del espacio vital y aportando sus conocimientos sobre el territorio, las prácticas sociales que allí se dan y los conceptos de la imaginación que surgen en el ámbito de una nueva urbanidad que se busca sintetizar y visibilizar en el tablero del parqués.
En todo caso los relatos que se obtienen de la realidad etnográfica y que se vuelcan en el juego de parqués, corresponden en el proceso de Pueblo Cauca Viejo a un discurso y a una escritura permanente en el entorno, en parte previstos por sus propios agentes para formar el hábitat, lo cual se mixtura con lo espontáneo de la vida, en una tensión fenomenológica entre las ciudades imaginadas y las reales, entre los constructores de ficción y los testimonios del cronista, los que componen momentos de una elaboración estética y conceptual de interés [para la antropología] que busca confrontar el fenómeno urbano y sus texturas significativas[4].
La investigación sobre este asentamiento partió del hábitat que se va construyendo constantemente. “(…) en tal medida el hábitat, como espacio domesticado y de interrelaciones complejas es el lugar donde se puede él hic et hunc, [el aquí y ahora] el tiempo y el espacio.”[5].
La escritura y su poder elevados en la arquitectura procuran la domesticación del entorno a favor de la necesidades humanas, dando paso a la posibilidad de la prosperidad social donde es posible hacerse de un nicho para dar momento y lugar a la vida por medio de sus manifestaciones conductuales; sin embargo, la dificultad de este análisis consiste en el hecho de que poblar un lugar gracias a las refinadas posibilidades técnicas y saberes de la actualidad no implica que se forme un auténtico hábitat.
En el núcleo de Pueblo Cauca Viejo se da una urbanidad emergente y aún en formación, sin embargo, a partir de éste proyecto voluntarioso se puede afirmar que es un lugar producto de una búsqueda de un sector de población que se ha unido tanto para formar comunidad como también para formar capital simbólico entre sus integrantes.
No obstante, aparece el problema de rastrear, interpretar y objetivar este territorio junto al tiempo vital cuyas condiciones ambientales son las adecuadas para que en él se desarrolle una determinada comunidad dotada de sentido, equivalente a un biotopo novedoso, en contraste con fundaciones tradicionales ya envejecidas y transformadas que revelan una compleja escritura en el espacio, la cual esta correlacionada a un tiempo y a una continuidad en el devenir. Por el contrario, Pueblo Cauca Viejo entre otros asentamientos recientes se perfila como laboratorio cultural cuyas particularidades sociales y características identitarias están apenas en una fase de inoculación y de análisis cultural.
Este análisis en cierta forma parte del cuerpo del primate humano, que es el origen de toda proporción geométrica. El organismo es el modulo del utensilio; del mueble, de cada uno de los espacios arquitectónicos, a su vez del urbanismo, por tanto, unidad de medida de los pueblos y las ciudades. Es en relación al cuerpo y a sus necesidades mediadas por la cultura y en el entorno que se desarrolla cada producción material, de otro modo es inconcebible una mediación funcional, De ahí que sea la condición primordial para que el ser humano pueda manifestarse como lo que es arquitecto de su habitar en tanto que proyectista de su ser meramente posible[6]. Pueblo Cauca Viejo no es más que una expresión de la reciprocidad cuerpo-lugar, naturaleza-cultura.
FOTO: Habitante de Pueblo Cauca Viejo
Imaginemos Pueblo Cauca Viejo como un equivalente de ciudad. Giuseppe Zarone, manifiesta que la ciudad es la dimensión por excelencia de lo humano, la urbanización es estructura anatómica inherente al ser humano, es un horizonte universal de orden cósmico e histórico, se produce en el pasado y en el presente. Es presupuesto de vida y logos histórico, los lugares del habitar son aquellos donde la vida concreta debe subordinarse a las formas propias que condicionan tanto en su destino histórico-racional como organizativo y arquitectónico. Espacio y tiempo, “logos y nomos” arquetipos sustanciales de la propia existencia que se encuentran por y en la ciudad, como la calle, la plaza o la casa, el teatro, el hospital, el estadio, el monumento, el cementerio, la cárcel, entre muchos.
Habitar implica tener o sentar raíces en un lugar, tener asiento en algún sitio, existir, superarse y mantenerse ligado a aquella fundación en que se realiza un emplazamiento para siempre, sin embargo, en el mito semítico de Caín, éste es separado del paraíso y funda una ciudad para construirse una nueva patria en el exilio. En Pueblo Cauca Viejo también se ha hecho un culto de la memoria de lo pasado un intento último por salvar el tiempo mítico del pasado antioqueño, Zarone nos recuerda a Spengler cuando manifiesta la historia del mundo es la historia de las ciudades y el destino inevitable de una cultura[7].
Lo urbano es por tanto el lugar del ciclo nacimiento-vida-muerte del ser social humano, las pequeñas ciudades comunitarias son una entidad entre lo campesino y lo hendido en la tierra como una planta, inician un morar, producto de la historia y de las raíces, una experiencia y una materialización corporal y psíquica. Potencialmente lo urbano es el lugar de las nuevas culturas.
Dentro de la ciudad la casa representa el lugar más cercano para el individuo. La casa es el origen del tiempo, es el espacio de trascendencia de la naturaleza y del tiempo y se eleva al lugar de la memoria, así la ciudad y sus unidades discretas son escritura hecha de piedras, de geometrías que son sonido de la voz transformada en historia y luego en olvido, la ciudad es el espacio en que se leen las huellas de lo inmóvil, allí está el arquetipo de la vida, la estructura elemental del sentido excavada y edificada sobre la tierra a partir de mampostería perdurable.
Pero la vida está rodeada de desiertos y baldíos, así la construcción humana (…) esta plena de llenos y vacios (…) y a su alrededor se ubica lo inexplorado y ajeno, la ciudad es el propio lugar por excelencia, es la estructura del sentido de los signos espaciales, (…) y es el blanco de la escritura (…) Una lengua aparentemente muda, pero que habla a quien conoce sus secretos. El cuerpo urbano es medio y lugar de la orientación del movimiento.
Oikos, es desde luego, casa, pero sobre todo es aquel lugar que funciona como principio y fin esencial del habitar, la condición misma de la ciudad. Sentido es por eso, ante todo apertura, y por tanto puerta, calle, puente, plaza, y por otra parte y consecuentemente, logos, nomos, ethos[8].
RECORRIDO POR CAUCA VIEJO
Por la carretera, entre árboles de piñón de oreja y ceibas que se inclinan y forman un túnel tan largo como el camino, de repente al oriente se ve una portería pequeña que conduce a una de las micro veredas de esta urbanización denominada La Ermita; esta portería no tiene vigilancia, pero se la supervisa desde la subasta ganadera Sugasur, la cual es un edificio en forma de C con dos galerías de establos enfrentadas por un gran patio empedrado.
En estos establos los techos están sostenidos por columnas de ladrillo macizo y cubiertos con techo de madera y teja. Se alberga preferentemente equinos y toros sementales. En medio está la tarima donde desfilan los lotes de ganado, en un balcón se ubica el rematador que va dirigiendo el proceso y en la parte posterior se ubican los corrales en los que se disponen los lotes de ganado que van a ser subastados.
Continuando por la carretera se ubica la fonda El Arriero y la portería principal, la cual representa un tradicional portón de tapia de una vereda rústica por el que pueden pasar dos camiones. De inmediato se ve la perspectiva de una calle empedrada con cantos rodados unidos con cemento, entonces al lado izquierdo se alinean las primeras casas. Esta calle desemboca en un parque sembrado de palmeras de uvito y termina en la esquina de la casa La Caucana por donde se interna en la trama reticulada del núcleo urbano central. Las manzanas se disponen de 60x60m, y los lotes promedio tienen unos 15x30m de frente por fondo. Las calles son de seis metros de ancho y los andenes de no más de 80cm. Todas estas normas hacen parte de la materialización del proyecto de los urbanistas inspiradas en cánones formales precedentes en la historia.
En la mitad de un meandro formado por el río Cauca, se encuentra el parque central de Pueblo Cauca Viejo; en su centro hay una gran fuente de piedra color granate, y en tres costados se yerguen samanes que tienen unos ocho años, pero son ya corpulentas masas verdes en los que se cuelgan luces eléctricas durante la temporada navideña. Los paramentos de las fachadas responden a la calle y al parque con aberturas y balcones; los edificios son de dos niveles; la iglesia de torre central se dispone con una entrada principal mirando al norte; a lado izquierdo está la Alcaldía donde realmente funciona La Administración y, en el primer nivel, la oficina de turismo.
Al ingresar en Pueblo Cauca Viejo, la diferencia contundente que hay entre el interior y el exterior se refuerza entre lo que se ubica dentro de los límites del mismo lote en que se edifica el poblado y el territorio que le circunda. En ocasiones los conjuntos cerrados son comparados con ciudadelas. En nuestro caso, los límites son las bardas y cercos vivos como el limón de cerco, la ladera empinada detrás del Morro y la fortaleza descomunal del río Cauca rodeando el poblado.
Este asentamiento se ubica en un punto casi central dentro de la cuenca del río Cauca, él cual ha servido como eje natural de comunicación desde tiempos remotos y fue el corredor vial natural por el cual pasaban los nativos americanos, luego los conquistadores españoles, luego los arrieros y más tarde pasó el ferrocarril de Antioquia. Esta ubicación, según algunos vecinos de la urbe, es excepcional pues se encuentra cerca de muchas poblaciones neurales del propio sistema nacional, con lo cual ocupa un lugar estratégico.
Es posible decir que en Pueblo Cauca Viejo ya hay una dinámica de lo propiamente urbano con una complejidad menor a la de Jericó pero con sus propios procesos, los cuales son ideales para el estudio de la antropología urbana y la antropología del turismo; éstos, al igual que los fenómenos urbanos como las nuevas ciudades para jubilados edificadas en Miami, las ciudades rusas para la construcción de tecnologías espaciales, los pueblos para explotaciones mineras a gran escala como el Cerrejón en la Guajira o los nuevos asentamientos indígenas construidos en la Sierra Nevada de Santa Marta, se constituyen en potencial objeto de análisis al ser nuevas urbanizaciones planificadas para un uso específico.
El centro del complejo está conformado por 16 manzanas de casas, las cuales no son por completo cuadradas, pues algunas responden al río Cauca generando así un ochave. Los lotes van desde los 300 hasta los 600 m2. Alrededor de este conjunto central de manzanas regulares se dispone una trama más orgánica y sinuosa que obedece a la forma curva del meandro del río, donde se ubican las veredas Cauca Arriba y Cauca Abajo; en estas zonas los lotes aumentan de tamaño llegando hasta los 2000 m2; sin embargo, estas grandes casonas no pueden ocupar más que un cuarto del lote y están separadas entre sí por mínimo 6 metros de distancia con los vecinos.
En la vereda Cauca Abajo se ubica la planta de tratamiento de aguas residuales, la cual se compone de un colector que recibe todas las aguas servidas: en el primer tanque se decantan los residuos más grandes, y en los demás recipientes subterráneos, se va decantando el limo hasta que las aguas se evacuan al río Cauca casi recuperadas por medio de una manguera perforada cada tanto; esta manguera flota sobre la corriente del río, por eso al mezclarse los fluidos se evitan olores indeseados. Además, alrededor de la planta se sembraron árboles de jazmín de la india que despiden un aroma perfumado.
Se ha establecido un retiro de las casas sobre la rivera, no sólo para evitar una catástrofe al acercar mucho una casa a la orilla pues el río Cauca cruza todo el paisaje y en épocas de invierno desborda su cauce, sino también para permitir que toda la urbanización esté rodeada por un camino ecológico (una especie de reserva forestal lineal sobre la que se han sembrado muchas ceibas que en esta década han logrado un considerable tamaño). Esta presencia del río bordeando el nuevo pueblo se equivale con una muralla infranqueable entre el exterior y el interior, pues el tamaño titánico del río y su corriente, suponen una barrera. Es posible de vez en cuando ver pescadores y campesinos en la otra orilla.
La vereda Los Lagos se ubica a continuación de la portería, estas casas son las primeras que se ven al entrar en Pueblo Cauca Viejo, el grupo de casas se dispone sobre una hilera limitada por la vía de acceso, desde allí inicia la secuencia de llenos y vacios de las fechadas sobre los paramentos de las casas, por el costado de atrás limita con un parque lineal paralelo a la quebrada Las Cruces.
Otras divisiones internas que se han establecido son el corregimiento La Ermita y la vereda El Morro, los cuales están separados del resto del conjunto por la hondonada del cauce de la quebrada Las cruces, que es también el límite municipal entre Jericó y Tarso; sobre ella se dispone un puente colgante elaborado con largueros de plástico reciclado. En el corregimiento La Ermita las casas no se dispondrán en manzanas si no en dos hileras enfrentadas; no hay ninguna separación entre las casas, adosándose continuamente y formando un paramento lineal; por otra parte, esta vereda se encuentra casi deshabitada, pues muy pocos lotes se han ocupado estando yermos, hay levantadas completamente tres casas.
Más arriba, pasando por la plataforma de recuperación y liberación de fauna silvestre y la planta de tratamiento de desechos sólidos, se ubican las espléndidas casonas de la vereda El Morro dispuestas de igual forma en hilera sobre las curvas del terreno, pero sobre la pendiente, por lo cual estas pocas casas son las únicas que muestran los palafitos típicos de casas en pendiente como las de Jericó y Fredonia que son uno de los emblemas más auténticos en la arquitectura regional. El Morro es una colina que se eleva unos cincuenta (50) metros sobre el nivel del llano donde se ubica el casco urbano; en su cima se ubica el tanque de agua que se abastece del acueducto que toma su caudal de la quebrada las cruces.
Estas divisiones un tanto artificiosas de veredas y corregimientos se usan en Pueblo Cauca Viejo para indicar lugares y condiciones de estos. Para acceder en el corregimiento El Morro es necesario vencer una pendiente. A la vereda La Ermita se la considera tranquila y apartada; las veredas del río se consideran más campestres. En cierto sentido, además de una forma de nominar lugares, es una forma de organización política y social, pues en cada uno de estos sitios los lotes varían de tamaño y costo, estableciendo una cierta diferencia de estrato.
El lote sobre el cual se ubica Pueblo Cauca Viejo, tiene un área aproximada de 33.45 hectáreas y se inscribe dentro del área política de dos municipios, al menos en términos territoriales y políticos, pues allí es donde se pagan los impuestos y por su cercanía, es donde se abastecen ciertas necesidades.[9]
Mauricio Uribe. Editor
Nota crítica
“L’ Atelier 47” + Urbanitas® + CUPULA & Partners a-x
El objetivo central de este trabajo es encontrar puntos de inflexión. Entre los planteamientos culturalistas del antropólogo norteamericano del siglo XX, Franz Boas, y una colección de autores neogranadinos reunidos en una recopilación titulada “LIBRO DE LECTURA Nº 2“. La metodología busca un análisis y una comparación entre uno y otros. Para encontrar prejuicios deterministas, conceptos culturalistas o situaciones comunes.
Por un lado tenemos las descripciones del paisaje y de la personalidad del neogranadino, la cual es variable según la región, la altitud, la longitud, la temperatura y el clima, además de la “raza”; tanto que se presentan características que se pueden considerar opuestas entre un habitante de las montañas y uno del valle del magdalena, entre uno del pacifico sur y otro de los llanos. Por otra parte tenemos el enfoque culturalista de Franz Boas quien sostiene la particularidad histórica de cada asentamiento cultural en relación con su entorno y con otros pueblos. Por otro las ideas de Ruth Benedict sobre el “ánimo” particular de los pueblos el cual puede ser rastreado en las descripciones sobre el neogranadino.
Aparecen diferentes textos que intentan dar una descripción de la geografía y de los habitantes de diferentes regiones en la Nueva Granada. Escritas por personalidades como: Lino de Pombo, Ricardo de Pombo, José Manuel Marroquín, Ricardo Carrasquilla, F. J. Amy (Puerto Rico)*, Andrés Bello (Venezuela)*, J. M. Vergara, M. Villavicencio (Ecuador)*, Santiago Pérez, José María Samper, Francisco Antonio Zea, Juan francisco Ortiz.
Se menciona por una vez las lides de independencia de un modo muy diplomático no se indica la sangre de la independencia, ni el nombre de la madre patria. y se señala la muerte de Francisco José de Caldas como causa de su propia energía, adjunto se otorga importancia a tomar conciencia sobre los cambios de vegetación según el piso térmico. Al final del libro aparece una breve historia, “La Expedición Botánica de Celestino Mutis”.
A continuación presentamos una selección de pasajes de autores granadinos que forman en su conjunto un imaginario de las ideas sobre el carácter del habitante de la Nueva Granada.
Por todos los diversos artículos del libro aparecen menciones a la estratégica situación del país, a su latitud tropical, equidistante de todos los países del mundo, e ideal para el comercio. Hallamos al menos cuatro menciones a las palmas, definiéndolas como esbeltas, coronadas con ramos de esmeraldas, mirando por encima de todo, como en “la palma y la malva de F. J. Amy (Puerto Rico), extractado del mismo texto.” De penacho gentil la cien ceñida, tipo de majestad y de elegancia... Las aves te cantan.”
Existen dos posturas radicalmente diferentes para explicar la evolución cultural. Los evolucionistas del siglo XIX defendían que en las distintas sociedades se producen procesos muy similares de desarrollo cultural debido a la unidad psíquica fundamental de toda la humanidad. Así, los procesos paralelos hacia la estratificación social y las minorías gobernantes se explican como efectos de las cualidades psíquicas y mentales de los individuos.
Pero podemos ver como los estudios de Caldas aunque dan importancia al ecosistema sugieren que la evolución cultural en Granada tiene que ver con el mestizaje, es decir con la historia particular de las gentes.Tal vez en el “LIBRO DE LECTURA Nº. II”.no hay una imagen tan clara de los pensamientos deterministas de Darwin como en este pasaje de Rufino José Cuervo, en “carácter de los granadinos “. En este discurso se alude al habitante de la nueva granada en general.
“En Nueva Granada, más que en ningún país del viejo mundo, esta sometido el carácter físico y moral del hombre a la triple influencia de la raza, del clima y de la naturaleza del terreno que habita. La educación que modera esta influencia y que acaba muchas veces por destruir las diferencias que esta produce todavía no se ha extendido ni penetrado en las diferentes clases de la sociedad; y de aquí nace que haya menos semejanza entre los habitantes de tal y de tal provincia, que entre los súbditos o miembros de dos naciones distintas. El habitante de las provincias montañosas de pasto del socorro y de la antigua Antioquia, robusto, vigoroso, activo y emprendedor, se parece bien poco a su apático y macilento compatriota que habita los valles del magdalena, del Cauca y del Meta; y el ágil y verboso hijo de nuestras costas se diferencia más del hombre lento y taciturno que nace en la planicie de Tunja y Tundama, que un francés de un castellano. ” (Pág.189. Rufino Cuervo)
Luego aparecen los adjetivos: “hospitalidad propia de los pueblos nuevos, generoso y compasivo, en estado natural, fuera de la civilización mal entendida, amable, festivo y obligante (sujeto a la ley), su centro de vida la familia, su docilidad y su deseo de complacer le hacen débil en ocasiones y poco exacto en el cumplimiento de sus promesas, ciego ante el mandato de la autoridad, lo cual lo supone victima de los caprichos de sus superiores, pero luego añade, para las ciencias y las artes tiene las más felices disposiciones, de lo cual proviene su ligereza y su imprevisión, en el campo de batalla sufrido y valiente, subordinado sereno no abandona el campo de batalla”.
Este pasaje es muy similar a las palabras “buenas” con las que Ruth Benedict califica a sus apolíneos indígenas Pueblo. Lo que si es posible es que los escritores granadinos estuvieran tratando de construir la imagen del hombre de su tierra y de su tiempo para proyectarse como nación. Mas adelante Cuervo nos dice:
“La mujer, que tanta influencia ejerce en el bienestar y aún en la gloria de las naciones civilizadas, es en Nueva granada el primero de sus ornamentos. Ojos y pelo negro, facciones hermosas, fisonomía dulce y animada, cuerpo elegante, pie pequeño, imaginación viva, corazón sensible, amabilidad en el trato, decoro en las maneras, tales son en lo general las cualidades de la granadina de raza española con su tinte árabe, modificada ventajosamente por el clima intertropical...” (Pág...189, Rufino Cuervo)
Las últimas palabras de la anterior cita, definen todo sobre el pensamiento determinista de estos escritores, con respecto a la influencia explicita del clima sobre el carácter del hombre, negando la posibilidad de la autonomía humana individual y dejándolo todo a la cultura o a los patrones de origen racial. Creando un modelo mestizo valido y unificado que en todo caso no es más que una ficción. José María Samper nos lleva dentro de otro pasaje, del mismo libro de lecturas con “El llanero” y nos dice:
“el habitante de inmensas planicies del Casanare y de San Martín, es el más curioso de los granadinos… los cruzamientos de razas, favorecidos por ciertos medios topográficos, es el gaucho granadino… Es hijo del cruzamiento de la raza española y la indígena de las regiones del Orinoco. Moreno, delgado, membrudo, trata a su novia con largueza y ternura mientras es fiel y bonita. En sus romances llamados galerones figura siempre el combate como la musa, depende como se le trate es un cordero o un tigre.” (Pág...193, José María Samper)
Cuando comienzan estas descripciones más bien poéticas, sale a relucir un carácter singular, producto de unos orígenes singulares. Este particularismo en la descripción histórica del llanero es determinista porque es resultado de la difusión de una conducta externa y extranjera, pero reconoce cualidades propias de un contexto eco sistémico singular que ha sido desarrollado en las excolonias como un área cultural, o espacio imaginario social y geográfico en el que son comunes las relaciones sociales, los sistemas de valores, los modos de vida, las tecnologías materiales.
José María Samper hace del llanero lo que otros estudiosos hacen a su tiempo con la definición de un “área cultural” que puede estar habitada por un solo pueblo —con sus variantes internas culturales— o por pueblos similares. Es un concepto útil para los científicos sociales y también para los pueblos que buscan una emancipación común. Sin embargo, algunas veces carece de sentido para sus habitantes, a veces con la prioridad de encontrar diferencias con sus vecinos. Este concepto ha sido desarrollado y utilizado por algunos autores clásicos de la antropología social: Edward Sapir, Alfred Kroeber, Franz Boas.
Por otro lado en esta época, Ecuador era parte de la republica; M. Villavicencio nos cuenta desde allí como los indios Zaparos, representan otra variante de la altitud, la latitud y la raza:
”El valor es el bien más estimado de un indio Zaparo, y es su única virtud, las almas de los valientes se transforman en pájaros bellos, los cobardes degeneran en reptiles, consumen el “ayahuasco” o bejuco de la muerte, con el cual alcanzan estados visionarios en los que pueden conocer el futuro y una cura a todos sus males; los pájaros de colores brillantes les advierten de peligros , pero luego son atacados por terribles monstruos hasta que despiertan y relatan todas estas visiones a sus compañeros. Luego Villavicencio, hace etnografía participante al experimentar por si mismo un vuelo sobre ciudades espléndidas y objetos maravillosos”.
Esto es como la idea de Malinowski de ir allí y experimentarlo por si mismo, pero los ideales de esta época estaban muy alejados de contar esta experiencia de lo humano y daban mayor importancia al estudio comparado de las plantas menospreciando, de algún modo al mismo habitante natural.
Franz Boas, profundizó en el estudio del folclore y recogió cuentos de áreas culturales, estudios muy completos, geográficos e históricos, de todas las variantes conocidas de los cuentos más extendidos de algunos pueblos, tratando siempre de descubrir y catalogar los tipos y temas básicos. Sin embargo a mediados del siglo XIX vemos apenas intentos por reconocer en el país granadino, dislocado por los accidentes geográficos, algo en común para formar una nacion. En la indiferencia en materia religiosa, J. M. Vergara, nos dice:
”En los paramos que cubren las cimas de nuestros andes, hay terribles peligros para los viajeros. A un frío desgarrador se junta un aire más frío aún que azota el rostro; y ... ¡desgraciado del pasajero que se deje sorprender por la noche en un páramo! Cuando ya sus miembros se han enervado, un sueño invencible se apodera de él,...”
En “La gallina y el diamante”, Ricardo de Pombo nos dice a modo de hipérbola la grandiosidad de América comparándola con la grandeza de sus paisajes y abundancia, lo cual constituye un ánimo particular del americano, es decir lo deslindado y salvaje:
“...nos regalaban solo
con suculentas cenas
Dignas del mismo Apolo
- Vieranse allí sirenas
y pegasos trufados,
Compotas de Ballenas,
pirámides rellenas
de elefantes guisados
Niágaras de escabeche,
Amazonas de leche,
Chimborazos de helados...
Lino de Pombo escribe sobre Caldas y su producción, la cual fue presentada ante el Virrey Amar y Borbón:
“...geografía de los árboles de la quina, formada sobre las observaciones y medidas hechas desde 1800 hasta...” allí se resolvían varios problemas botánico-económicos para reconocer, dado un lugar de los andes ecuatoriales, si hay quinas en sus bosques, cuales especies se producen, y que especie prosperara mejor por el cultivo, para designar los lugares mas adecuados a este”
Durante el siglo XIX se planteó que los seres humanos han utilizado la cultura para superar las dificultades ambientales, y por tanto, el entorno constituye una influencia de tipo menor en la sociedad. Esto difiere en parte y se opone al determinismo ambiental. Franz Boas, sostiene que el medio donde se encuentra el ser humano le ofrece diversas alternativas, lo que depende de los factores históricos y culturales.
Boas y Kroeber, mantenían que los procesos culturales son diferentes dependiendo del contexto donde se desarrollen, además Margaret Mead y Ruth Benedicto mostraron que la cultura es propia de los seres humanos y se puede ver en manifestaciones de todo orden. Podemos constatar igual divergencia entre los “prototipos del humano granadino” ya que los autores enfatizan, de igual forma en la conducta particular de los individuos de cada región.
Finalmente y a modo de anotaciones sobre la influencia extrema del clima, sobre el carácter del hombre americano los autores del libro terminan diciendo: “se (auto)* arranca para siempre de la sociedad que coartaba sus deseos o que castigaba sus delitos”.
[1] El turismo apoya la búsqueda de identidad de sus clientes, proponiendo pueblos en los que se cree que la identidad cultural se ha conservado, siendo capaces de ofrecer representaciones de identidad, con lo cual el turismo propende por la búsqueda de las cosas perdidas (Robinson 2001: 53).
Para el turismo es importante la identidad nacional, en especial en regiones que mercantilizan el paisaje como articulo de consumo o como experiencia para el turismo (Bell y Lyall 2002).
Citas tomadas de: SALAZAR, Noel. (2006) Antropología del turismo en países en desarrollo: análisis críticos de las culturas, poderes e identidades generados por el turismo. En: Rev. Tabula Raza. Nº 5. Santa Fe de Bogotá. Páginas 99-128.
[2] Misma obra. Página 73.
[3] NATES Cruz, Beatriz y RAYMOND, Stéphanie (2006). Cartografía semiótica para la comprensión de territorios en conflicto. En revista Estudios Políticos. Medellín. Nº 29, jul. - Dic. Página 100. Los mapas semióticos, aunque privilegian el espacio sobre el tiempo en la representación grafica, parten también de la representación temporal de los fenómenos conexos, al incorporar la memoria y la historia como determinantes de los patrones de significación. La imbricación del tiempo en la forma actual que revisten los fenómenos instaura las condiciones que van dando forma a la estructura (…)
[4] JIMÉNEZ, Jorge (1999). “Las artimañas de la ficción. De ciudades reales e imaginarias”. Rev. Filosofía Univ. Costa Rica, XXXVII (91) Página 101.
[5] GONZÁLEZ Escobar, Luis Fernando (2002). “Miradas al hábitat”. Revista Ensayos Forhum Nº 19. Ed. Centro de publicaciones. Medellín. Página 31.
[6] ZARONE, Giuseppe. (1993) Metafísica de la ciudad, Encanto utópico y desencanto metropolitano. Ed. Pre-Textos. Universidad de Murcia. España. Página 9.
[7]Misma obra. Páginas 13,14.
[8]Misma obra. Página 24.
[9]URIBE. Mauricio. RECONOCIMIENTO ETNOGRÁFICO EN PUEBLO CUAUCA VIEJO. 2009. Monografía de grado para optar al título de Antropólogo. Universidad de Antioquia.
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