miércoles, 10 de noviembre de 2010

N.6 CASTROS E INSULAS ROMANOS CIUDADES  IMAGINADAS, CIUDADES REALIZADAS. Desde Al Rawda  a la Estación Espacial Internacional.

Los romanos se expandieron por el territorio y para asegurar sus nuevas posesiones desarrollaron un tipo de asentamiento fortificado denominado ínsula[1] o castrum (este último nombre, usado en la antigua iberia –catastro-).

Estos sitios por su naturaleza dura, generaron una ocupación permanente del territorio de influencia, estabilizando un germen urbano, que en múltiples casos en toda Europa, ha dado tiempo y lugar a la urbanidad, al hecho urbano. Trascendiendo incluso en la tradición de los procesos fundacionales coloniales americanos, en donde su cantidad es más numerosa, tal vez como en ningún otro proceso de conquista y colonia, excepto tal vez el de Alejandro Magno y sus Alejandrías.

Vitrubio el constructor del Decalogo De Arquitectura,[2] es el único autor que se conserva del tiempo clásico, sus descripciones y ensayos sobre la forma urbana son conocidos hoy en día por referirse a temas tan actuales como la sostenibilidad ambiental o ecológica, cuando plantea para el coral humano –la alineación con el sol y los vientos-.

Los castros son una versión romana de la ciudadela de avanzada, construidos para la colonización sistemática de Europa, heredaron ciertos lineamientos del urbanismo Hipodamiano, elementos como la centralidad de un espacio vacío dedicado a la función pública, en oposición al palacio central como en Al Rawda, o a los templos en el centro de La Atlántida  y Bagdad.

Este vuelco de la cosa pública como vacío genera una centralidad que vendrá a ser ocupada por la democracia. No ya la hegemonía oligárquica de un tirano, al contrario un rey vigilado y un pueblo ojo de dios.

Estos campamentos formados por un cuadrilátero fortificado con cuatro accesos dieron luego paso a las ciudades medievales, algunas como Paris, Viena y Barcelona, entre otras muchas. Conservándose eso sí muy poco del origen fundacional, entre otras cosas porque al ser  una fundación una empresa tan extraordinariamente costosa, suele hacerse por etapas en el tiempo y los primeros edificios suelen ser de carácter transitorio, ejecutados con materiales perecederos.

Las dos calles principales se denominaban -cardos y decomanus-. El primero se orienta norte-sur, el segundo en sentido oriente-occidente. Al parecer el foro no siempre estuvo en el centro, e incluso la palabra foro indica un lugar afuera del muro, que con el tiempo comenzó a habitar en el centro. Sabemos también por Vitrubio algunas de las lógicas que guiaron la concepción de estas aglomeraciones urbanas como la ventilación que debe alejar los malos aires, que causan la peste, y la iluminación que debe generar espacios abiertos y cerrados según la función, como el disponer los comercios en las calles sombreadas para menguar el calor, así como el ancho pertinente de las calles según un clima soleado o frio.

Dichas ideas de planeación se retomarán a lo largo de la historia, con muchísima fuerza en las leyes de indias en las cuales se elaboró todo un complejo protocolo para la fundación americana. Luego estas ideas aparecerán en La Carta De Atenas [3].  Estas ciudades se las disponía a un día de camino una de otra, de modo que se pudiese tener control de un inmenso territorio, pues si alguna era sitiada o destruida en el lapso de dos días se podía responder y enviar tropas y ayuda.

 Esta lógica del campamento es utilizada en la actualidad por las empresas de exploración, sin embargo son casos diferentes aunque desde cierta óptica, semejantes. Diferentes en el tamaño y por lo tanto en la cantidad y complejidad de relaciones sociales que generan lo urbano, sin embargo es imposible negar que hay un germen allí, habitando una cierta urbanidad, creando unas relaciones sociales complejas, por ello estos campamentos son un lugar muy interesante para la etnografía, la cual podría dar allí con manifestaciones humanas dignas de ser registradas, expuestas y comentadas por una antropología responsable desde todo punto de vista.

Ahora bien una cualidad que hemos comenzado a ver es que una vez ocupado el espacio que conforma la ciudad planificada, este en el lapso de un tiempo se desborda, con lo cual aparecen nuevos barrios que desconfiguran o desdibujan la forma urbana prevista. Evidenciando no solo el crecimiento poblacional, si no la falta de planeación a muy largo plazo, un plazo de múltiples generaciones, evidenciando esto mismo el cambio en lo que es importante para las personas.

Además estas mutaciones o añadidos de collage arquitectónico evidencian el olvido de un plan matriz más audaz, que habría podido crecer el cual aunque generado en el pasado tenía todas las características de concepto virtuoso observación de la naturaleza y problema matemático; o es simplemente un problema de gusto que como sabemos es un factor difícil de visibilizar, también esta metamorfosis se remite a la incapacidad de continuar con alguno a través de las diferentes generaciones que se heredan la ciudad, como en el caso de Grammichele.

Sin embargo fuera de los castros romanos se ubicaban algunas aldeas tradicionales y las villas campestres de la etile, pues no se puede pretender un orden geométrico total para todo el territorio. Es verdad que en el campo todo encuentra un orden diferente al urbano, donde todo debe ser óptimo a la razón. En el campo la experiencia es más orgánica, se da más espontanea, por así decirlo, pues obedece en realidad a otra cultura de igual valor.

Otra cualidad que se presenta en estas ciudades campamento es que si bien se demarcan topográficamente con rigor, los campamentos de los obreros y en general del personal necesario para la construcción de la ciudad, generan otra ciudad en paralelo, la cual en ocasiones permanece y en algunas oportunidades se degrada o surge deficientemente desde el principio, es por ello que los campamentos de los trabajadores deberían integrarse al plan general, para que la ciudad prevista no se ubique finalmente y para siempre junto a otra espontanea que inutilice la previsión y la planificación, evidenciando de una forma más obvia las diferencias de clases.

Como hemos visto los castros romanos son un fenómeno bien interesante, definen muy acertadamente el objeto de nuestro estudio, que son las ciudades previstas en la imaginación, y que se llevaron a la práctica efectivamente, a su elevación matérica, y que pudieron ser en algún momento experiencia del espacio y del devenir de la vida humana en sociedad.

Terminamos esta entrega de CIUDADES  IMAGINADAS, CIUDADES REALIZADAS. Desde Al Rawda  a la Estación Espacial Internacional. Les esperamos la próxima semana con  La Bagdad del siglo VIII.

Mauricio Uribe. Editor.


Nota crítica
L’ Atelier 47” + Urbanitas®+ CUPULA CENTRALa-b

Apreciados lectores, es una divertidísima labor presentar a ustedes estas reflexiones semanales, sobre temas tan diversos, relativos a la realidad de todos los que de una forma u otra pensamos en la ciudad como aquello que nos da un tema de interés en nuestras vidas de trashumantes del conocimiento.

Tantas arquitecturas por hacer, tantas que sus manifestaciones verdaderamente se parecen a la botánica. Así pues como lo hemos aprendido de un muy joven arquitecto de 39 años, el proyecto consiste en un planta multifacética cuya experiencia de vida se parece a las normas tradicionales de la religión hindú y a una suerte de discurso Kantiano.

Ahora queremos enviar nuestros saludos a los arquitectos desempleados en términos… ustedes saben!! Temporalmente…cuando se está en aquella penosa situación se piensan muchas cosas, la primera es la cuestión inacabable de la rosca. Aquella manía de acaparar todo el poder en unos pocos discapacitados. Cuando hay formas de ser tan generosos sin ser desmedidos.

Otra de las ideas que aterrizan como un zumbido en la cabeza, es la idea del talento o puesta al trabajo, no se puede negar que quien hace es porque puede y quiere, no se puede negar que algunos sean buenos gerentes y que en general sí, se puede que se merezcan lo que tienen, pero algo no puede negarse y es que también tienen buena suerte.

Sin embargo si recordamos morales antiguas, todo este que hacer de la arquitectura solo es pura vanidad, o como lo menciona Leví Strauss, -podemos desaparecer- ahora bien, no estamos exhortando a la mediocridad, por supuesto que no es así. El hecho de que hablemos un poco desconfiada y prejuiciosamente de lo bueno quiere, no implica ni quiere decir que nos guste lo malo. Simplemente especulamos, nos divertimos con estas falsas filosofías que se desvanecen en el aire.

Es terrible cuando no estamos trabajando en algo –formal-, es peor aún cuando alguien que imaginamos exitoso nos pregunta: -y estás trabajando?-, que respuesta terrible, incluso se le pasa a uno mentir. Jactarse de un mega proyecto imaginario. Parece como si todo lo demás que hacemos carece de valor. Vemos el hoyo en el pandequeso, no el pandequeso.

Nos comparamos con los logros de otros, con –suerte- llegaremos a hacer  cosas tanto o más importantes, si no nuestras vidas deben continuar, tal vez la lección que nos depara la vida no es necesaria mente el camino que imaginamos para nosotros.


















[1] Ínsula. (Del lat. Insula.) femenino. Antigua isla.2. fig. cualquier lugar pequeño o gobierno de poca entidad, a semejanza del encomendado a Sancho en el Quijote.
[2] Arquittectura Decis, Marco Vitrubio Polión
[3] Texto editado por los arquitectos más importantes del siglo XX, y que define las coordenadas del movimiento internacional.

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