N. 33 CIVILIZACIONES ÁRBOREAS CIUDADES IMAGINADAS, CIUDADES REALIZADAS. Desde Al Rawda a la Estación Espacial Internacional.
La casa en el árbol aparece en muchas culturas religando mediante el árbol mismo a la humanidad con el cosmos celestial a través del mundo vegetal para unificarse con el telúrico submundo de los minerales y de los seres bajo tierra. Símbolo del útero que contiene el fruto de la vida, el árbol es comestible, es la casa y el nido de algunas aves y en las selvas la vida y la biodiversidad se concentra en sus copas, ocupando así un lugar bien especial en toda cosmogonía.
El árbol es un ser vivo con un sistema de fluidos denominados xilema y floema, el cual obedece a los ciclos de las mareas causadas por la luna, el árbol reacciona a la relación tierra-sol es por ello que anuncia los ciclos estacionales con sus cambios de hoja o florecimiento y fructificación, por ello y muchas otras cualidades del árbol, muchas sociedades del mundo han levantado sus habitaciones en ellos. Además el árbol se emplea como metáfora socio-espacio-temporal, en la cual se estudian los antecedentes genealógicos y por lo tanto la historia no solo de las familias humanas, sino también la gran familia de la evolución animal. El árbol es además una de las mímesis de los ríos, donde los sistemas ribereños inician con muchos pequeños hilos de agua que se unen y forman ramas y finalmente un gran tronco que desboca al mar.
Se ha aprovechado a los árboles como cercos para delimitar linderos de terrenos y para señalar sitios con algún significado simbólico como denominar el lugar de fundación de una ciudad sembrando una ceiba justo en el centro de la plaza mayor, de la misma forma, se han dispuesto árboles para celebrar la tumba de un ilustre difunto, o para indicar el lugar donde se esconde un tesoro.
Los árboles forman espacio protector sobre sí mismos, su aura protectora cobija a muchos seres, incluso se cree que Buda alcanza la iluminación bajo la sombra de un añoso árbol. Muchas veces los árboles que crecen a lado y lado de las vías forman túneles sobre las carreteras permitiéndonos experimentar esas bóvedas vegetales que dejan pasar suavemente la luz del sol dando con ello origen a las avenidas arboladas que se denominan alamedas o bulevares.
Los habitantes de nidos de una aldea de las islas del mar del sur son presentados en una curiosa publicación donde se exhibe a una sociedad que vive en los árboles, sus casas son literalmente nidos tejidos a mano, en la forma de grandes cestos, las cubiertas son terminadas también con materiales vegetales y se disponen con dos pendientes que evacuan el agua lluvia, (Tien – Shih Chai Hua Pao, Columbian East Asian Library) [1]. Sería posible imaginar que todo en ellos está hecho de la misma cestería que imita a las aves, las alacenas, los closets son equivalentes a pequeños cestos o sacos tejidos a partir del mismo tejido de la casa, pero no deja de ser una idea un poco fantasiosa o una curiosidad del pasado que inspira en cierta forma proyectos actuales.
En China, sobre un inmenso árbol muerto se han levantado una serie de pagodas o templetes que se usan para dar tiempo y lugar a la vida ritual, para celebrar rituales sacros que religan el cosmos con lo humano y donde se da la contemplación interior, la meditación espiritual del lugar arquitectónico sagrado, según Rudofsky este sería un -recinto sagrado vertical- que hace acrobacias sobre un árbol (del Nouveau Journal Des Voyajes de 1882).
Y también en la ancestral china un viejo grabado nos presenta una plataforma descubierta localizada entre algunos árboles, sobre la plataforma de tablas de madera hay toda clase de muebles elegantes, Se accede por una pequeña escalerilla muy incomoda, pero en la cima se ha dispuesto un elegante espacio atendido por por algunos encargados. La sombra de los árboles y la briza han de generar una ambiente sumamente matizado y agradable.
“27. Un déjeuner sur l’herbe corriente no es sino un pobre sustituto de un picnic en la elevada esfera de los árboles. Los chinos de esta ilustración, exigentes comenzares como son, sentirán su apetito estimulado por el recuerdo subliminal de una anterior vida arbórea. Del periódico chino del siglo XIX Tien-shin chai hua-pao. Reimpresión gubernamental, 1910)” [refiriéndose a la ilustración anterior]
Colombia y Venezuela son países que comparten la cuenca del Orinoco, lugar donde los habitantes ancestrales habían desarrollado un efectivo control y domesticación del territorio, pues cada tanto el rio inunda la planicie selvática, así que construyeron casas en los árboles, esto impresionó de forma permanente a los europeos que identifican todavía hoy a estas sociedades con casas en los árboles.
Además existen famosísimos grabados, ejemplo de esto son las ilustraciones de los arborícolas del Orinoco que aparecen en la obra Fünffte Kurtze Wunderbare Beschreibung de Hulsius, públicada en 1603, donde en medio de una llanura inundada unos habitantes que viajan sobre unas canoas de tronco de árbol se dirigen hacia casas localizadas en la copa de árboles. Estas casas se ven aparecer dispersas por todo el paisaje.
También aparecen referencias sobre estas casas en los árboles localizadas en las ilustraciones de la obra LustGarden[2] de Erasmus Fransici, de 1668 donde se representan las crueles batallas entre aborígenes y europeos invasores, los grupos nativos se atrincheran en las copas de los árboles, desde donde lanzan flechas, piedras y dardos envenenados para herir a los Españoles, mientras estos disparan con sus arcabuces y talan los árboles, y al estilo de la toma de un fuerte se protegen con improvisados escudos de madera, los nativos que son derribados son devorados por perros entrenados para matar personas.
Otro ejemplo de esto es el grabado que nos presenta Rudofsky el cual según dice es una ilustración del siglo XIX, donde se presentan las sociedades que habitan las riveras del delta del Orinoco, aquí también en medio de una planicie inundada del Orinoco aparecen los habitantes en sus canoas de tronco de árbol navegando entre las viviendas que están formadas por cuatro palmeras que delimitan un cuadrilátero sobre el cual se ubica una plataforma donde se localiza el fogón y donde los habitantes duermen en una hamaca que se amarra a las palmeras, todo esto se encuentra cubierto por un techo plano, no hay paredes y se pueden ver escenas de la vida familiar como las madres cuidando a sus niños y a las mujeres cocinando, por ello no es de extrañar que el árbol propiamente es reemplazado y deriva en postes o pilotes los cuales elevan la casa del suelo, esta va a ser una tradición muy frecuente en la América Septentrional.
También las sociedades de las antípodas de América han desarrollado casas en los árboles, las tribus de los Konway y de los Koroway de Irian Jaya se han destacado por sus grandes casas en las copas de los gigantescos árboles de la selva tropical, las casas que llegan a alojar hasta a cinco núcleos familiares, miden más de 10 metros de largo y unos tres de ancho, se construyen a unos 20 metros del nivel del suelo. Las paredes y el techo se recubre con hojas de Palma de Sago. Dentro de las viviendas se ubica el fogón y a ellas se sube por una vertiginosa y larga escalera de un solo tramo, en el pasado cuando las tribus se enfrentaban cortaban el tronco del árbol que sostiene la casa de sus enemigos, y la caída podía ser mortal.
Los Dinka habitantes del Alto Nilo, construyen su casa doblando hacia el suelo las ramas de un árbol, el techo se cubre con paja, la estructura recuerda un poco a una sombrilla, que llega a alcanzar los 13 metros de diámetro (Schweinfurth).
Los seres humanos han aprendido que elevando su casa sobre un árbol o sobre pilotes pueden proteger a sus familias y bienes de las inundaciones, de las serpientes, de los roedores y de otros animales o de los amigos de lo ajeno, como sucede en los graneros de la sociedad Kindo de Etiopía, los cuales son unas de las producciones más telúricas e impresionantes de la cultura material africana, se trata de una curiosa esfera de paja que tiene un aspecto muy primitivo, pero que sin duda es la respuesta perfecta a las necesidades de esta sociedad para salvaguardar su precioso cereal.
Los graneros de España y Portugal son edificios palafíticos de piedra en medio de Europa, este recurso de elevar la arquitectura sobre pilotes no es solo de América, ya que dicho recurso de abstracción consiente o no del simbolismo del árbol aparece a menudo en muchas sociedades y en cierta forma va ser retomada por la arquitectura moderna para reservar el plano del terreno natural para alojar parques y zonas verdes mientras que se puede pasar por a través y por debajo del edificio sin ser interrumpido por volúmenes cerrados.
El templo griego es en sí mismo un bosque sagrado, cada una de las columnas representa un árbol florido y fructificante del bosque primigenio de la creación, en el cual las deidades y los mortales podían encontrarse cara a cara y tener alucinantes aventuras, por ello las columnas de mármol de los templos ruinosos intentan evocar ese entorno arbóreo donde habitaba lo divino.
Los Ents son árboles que cuidan los bosques, Los Ents son seres naturales, grandes espíritus elementales que ya muy viejos están cubiertos de musgos y líquenes y seguramente sería imposible que un anciano ent permitiera que se le construyera una casa sobre sus ramas.
En Colombia es posible encontrar pequeños nichos tallados en la raíz de un árbol, en donde se aloja una figurilla de la Virgen María, a la cual se le ofrendan flores, mientras que en Italia se tejen las ramas de un sauce para formar una especie de nido o de huevo, o como lo denomina Rudofsky un -olor de santidad- donde se aloja a la divinidad, así nos lo ejemplifica cuando nos presenta una fotografía de la obra De Arte Popolare Italiana, de Paolo Toschi donde se ubica un pequeño santuario cristiano. Aparece también ejemplo de estos espacios sagrados en los árboles en la obra pictórica del medieval Petrus Christus, en su obra La Virgen Del Árbol Seco[3], realizada en 1465, en la cual la virgen vestida de rojo sostiene al niño Jesús.
Esta relación de la humanidad y el árbol es muy antigua y poderosa, pues Los antiguos primates habitaban los árboles, allí desarrollaron el movimiento prensil de las manos, que define esencialmente al ser humano, reflejo que conservamos aún. Con el cambio de clima en la sabana de África surgieron los primeros homínidos que caminaron erguidos dejando atrás los árboles aunque sin perder nunca esta conexión instintiva, retornando al árbol, para jugar, alimentarse y permanecer en su sombra.
En la actualidad muchas personas hacen casas en los árboles en todo el mundo una de estas propuestas y que ha logrado algo de popularidad son las casas arbóreas en Eureka, California proyectadas por el entusiasta George Benedec[4], quien tomó 4 años para edificar en lo alto de dos enormes árboles dos espacios habitables, a los cuales se accede por medio de largas escaleras de caracol que giran alrededor del tronco de los viejos árboles.
Otro proyecto que se destaca porque se inspira en el árbol, creando unas estructuras modulares comunicadas entre sí por puentes y plataformas es el proyecto Le Village Aérien Dans Mon Abre, el cual es un conjunto de plataformas y miradores cubiertos y semi cubiertos que se han dispuesto como parte de una intervención paisajística.
Otra singular expresión que aparece en este pequeño inventario de arquitectura arbórea es por cierto cuando nuestro caso se hace más extremo porque el edificio se transforma en árbol artificial. Es la propuesta para el Pabellón Británico en la Expo Shanghái del arquitecto Marks Barfield en la cual el entramado de vigas metálicas y paneles de cristal construyen un enorme edificio con forma de árbol, pero no es un árbol literal es una abstracción geométrica propia de la arquitectura.
Son edificios con una columna central a modo de tronco donde se localiza el acceso y un modulo de circulación vertical es decir escaleras y ascensores, más arriba en los niveles superiores se localizan los diferentes espacios, las fachadas son inclinadas y la planta del proyecto está formada por un cuadrado, pero se trata de un edificio de vidrio y acero que simula un bosque, este edificio se repite cuatro veces formando un cuadrado, en primer nivel se genera un espacio público cubierto por la sombra de estos inmensos edificios arbóreos, que terminan por evocar conceptualmente a un bosque.
También se ha creado un laboratorio muy singular que sirve para observar la vida que está por encima de la copa de los árboles donde se sabe que hay un aumento dramático en la cantidad y variedad de especies de animales, sobre todo de insectos, los cuales buscan recursos en las ramas y hojas más altas y tiernas, donde se dan las flores, el polen y los frutos.
Este laboratorio es una red que se abre sobre la copa de grandes árboles de la selva, el tejido de la red es muy pequeño para que lo atraviese el pie humano así que permite a los científicos caminar a más de treinta metros de altura, en el centro de la red se ubica una carpa en la cual dormitan los investigadores y donde además ordenan la información que obtienen en sus observaciones en lo alto de los árboles.
Casas en los arboles aparecen con frecuencia en el cine, en la guerra de las galaxias de George Lucas, en medio de los bosques de una luna del planeta Endor se localiza una civilización muy primitiva denominada Ewoks, seres peludos que adoran la naturaleza, este pueblo tiene por aposento un conjunto de viviendas arbóreas conectadas por puentes de lianas, formando un sistema de corredores que permite comunicarse a través de los diferentes espacios. La cultura popular norteamericana y la arquitectura de casas en los árboles hacen referencia a los Ewoks y cuando aparecen estos espacios se hace referencia a los peludos Ewoks.
La serie de dibujos animados los Simpson También tiene una casa en el árbol donde los niños tienen un club donde realizan muchas aventuras. En algunos capítulos los niños le niegan el acceso a las niñas y en otro capítulo la casa original en el árbol del jardín se destruye así que Homero construye una gran casa en el árbol e invita a todos los personajes de la serie pero entonces como de costumbre ocurre un accidente y la casa se incendia, así que el gato de la familia salva a homero de morir.
Otro característico habitante de la casa en el árbol es Tarzán de los monos, quien con Jane su novia y Chita su amiguito chimpancé viven en un viejo árbol africano, allí cuentan con todas las comodidades como una increíble vista de la selva y un techo cubierto que conforma un estupendo espacio, además la casa de Tarzán cuenta con un ascensor de madera que es impulsado por un elefante amigo de esta singular familia.
Hemos tenido la experiencia personal de proyectar una serie de módulos arbóreos para el parque de la frontera en Medellín la idea es crear un espacio comunitario dedicado a la pedagogía de la primera infancia, la metáfora fue la casa en el árbol justamente por esa asociación tan fuerte que tenemos en la actualidad de asociar la casa en el árbol con el juego infantil, en la película Willie Wonca Y La Fabrica De Chocolates protagonizada por Jony Deep, los Umpa Lumpas son una sociedad aborigen que habita también en una suerte de esferas construidas con materiales vegetales que cuelgan de lo más alto de las ramas de los árboles y allí arriba se desarrolla su vida ritual y también la práctica.
Otro seres que habitan los árboles son los gnomos, quienes construyen sus casitas bajo las raíces, estas casas se parecen en todo a las casas de los humanos, hay un perchero al lado de la puerta, para dejar el abrigo y las botas embarradas, hay un gran salón donde están los muebles del comedor, el mesón y el horno de la cocina, el pozo de agua se ubica en una esquina, las camas están empotradas en profundos nichos en las paredes, los cuales tienen puertas para cerrarse completamente en las frías noches del invierno nórdico, adentro los niños juegan sobre la alfombra y en un nidito de cestería las mascotas de la casa un par de ardillas dormitan y juegan, y sobre el salón en un altillo o zarso se guardan las nueces que se recolectaron para abastecerse en el invierno. [1]
Otro seres que habitan los árboles son los gnomos, quienes construyen sus casitas bajo las raíces, estas casas se parecen en todo a las casas de los humanos, hay un perchero al lado de la puerta, para dejar el abrigo y las botas embarradas, hay un gran salón donde están los muebles del comedor, el mesón y el horno de la cocina, el pozo de agua se ubica en una esquina, las camas están empotradas en profundos nichos en las paredes, los cuales tienen puertas para cerrarse completamente en las frías noches del invierno nórdico, adentro los niños juegan sobre la alfombra y en un nidito de cestería las mascotas de la casa un par de ardillas dormitan y juegan, y sobre el salón en un altillo o zarso se guardan las nueces que se recolectaron para abastecerse en el invierno. [1]
[1] RUDOFSKY, Bernard. Architecture without architects. Ed.: Academy Editions. London. 1964 (1981).
[2] RUDOFSKY, Bernard. Constructores prodigiosos; apuntes sobre una historia natural de la arquitectura. Ed.: Editorial concepto, S.A. 1977 (1984)
[3] BATTISTINI, Matilde. (2002) Símbolos y alegorías. Colección: Los diccionarios de arte. Ed.: Electa. Milán, Italia. Pág. 248.
[4] DIE, Amelie. Casas en los árboles, Colgados por las ramas. En.: Muy especial. Nº 50 noviembre/diciembre 2000. pág.74